La presencia de Vizcaíno en ‘El Submarino Amarillo’ de Onda Cádiz TV, tuvo como réplica, al día siguiente (jueves 21), un comunicado de ‘Alma Cadista’ en el que instaba al presidente del Cádiz CF a afrontar: “La mala situación deportiva y cesar en su intento de dividir al cadismo. Sus últimas declaraciones evidencian que no ha tomado nota de los errores que llevaron a un ingrato y doloroso descenso”.
Al colectivo le extraña “su suficiencia, ante unos números que indican lo contrario. De los últimos 53 partidos de Liga, entre Primera y Segunda, sólo se han ganado 10”, por lo que la afición está más que preocupada ante el bajo rendimiento de los jugadores.
DISCIPLINA, EN EL VESTUARIO
‘Alma Cadista’ también llamaba la atención sobre el incidente que protagonizaron Kouamé y Alarcón en un entrenamiento, por el que fueron apartados del grupo: “Ese supuesto problema de disciplina en el vestuario, que adujo (Vizcaíno) como uno de los causantes del descenso el pasado curso, parece no haberse atajado, según se manifiesta en los últimos problemas disciplinarios con algunos jugadores”.
Y hablando de la plantilla, el colectivo entiende que “necesita retoques importantes de cara a la segunda parte de la temporada en la que el objetivo son los 50 puntos para no cargar a la afición con otro palo muy difícil de digerir”.
DESÁNIMO, ENTRE LA AFICIÓN
Por si esto no fuera suficiente, a ‘Alma Cadista’ también le preocupa “el desánimo entre la afición. El ambiente en el Estadio es frío porque a la grada hay que cuidarla para que no se sienta sola y desde el club no se empuja en la misma dirección”.
En el comunicado se enumeran una serie de medidas como “elevar el sonido de la megafonía, no anunciar en el Cádiz-Oviedo la alineación del equipo y decisiones en contra de Brigadas Amarillas”, que el colectivo entiende que “son medidas que parecen denotar que el enemigo está en la grada”.
BUENOS Y MALOS CADISTAS
El colectivo tiene la impresión que el presidente, al que también califican de “dueño y director deportivo del Cádiz”, sigue empeñado en “repartir carnets de buenos y malos cadistas, pero en sus atribuciones no está decidir quién ejerce como tal. El cadismo es soberano, libre y manifiesta su desazón cómo y cuándo quiere y no tiene ninguna culpa de lo sucedido en el último año”.