Si hay que destacar uno de los culpables de la persecución arbitral que sufre el Cádiz, uno de ellos es Del Cerro Grande. Lo del colegiado madrileño viene de largo pues ya en 2020-21, en el Elche-Cádiz (1-1), se tragó un penalti por una mano de Pera Milla.

En el Mallorca-Cádiz (2-1) de la 2021-22, Del Cerro señaló dos penaltis inexistentes, a favor del equipo local. La reacción de Manuel Vizcaíno Melero, hijo del presidente, fue insultar al árbitro llamándole “sin vergüenza”, tal y como recogió Del Cerro, en el acta que, además lo nombró al tenerle totalmente identificado al encontrarse en el túnel de vestuarios. Al dar el nombre del hijo del presidente, la noticia fue recogida por la mayoría de los medios locales y nacionales.

En el Cádiz-Elche (1-1), de 2022-23, Del Cerro no señaló un clamoroso fuera de juego en el empate de los ilicitanos. Esta temporada, desde el VAR, en el reciente Cádiz-Sevilla (2-2), Sergio Ramos debió ser expulsado; y en el Celta-Cádiz (1-1), una inexplicable expulsión de Chust.

Del Cerro siempre se equivoca contra el Cádiz, pero el Comité de Árbitros le sigue dando partidos del Cádiz. Por cierto, el Comité reconoció que el penalti de Momo, ante Osasuna, no debió ser señalado. ¿Y ahora, qué?