JON ANDER GARRIDO.- Llegó del barakaldo al cádiz cf de 2ª b, en 2014, y salió cedido, en 2015, al ferrol. tras el ascenso a primera y sufrir una grave lesión, fue otra vez cedido, en invierno de 2022, al mirandés, donde jugó sus últimos minutos como profesional.

Hablar de Jon Ánder Garrido es hacerlo, en justa correspondencia, de camaradería y profesionalidad a grandes dosis. La defensa a ultranza de unos ideales, desarrollados en pie de igualdad, que nos sirven de atalaya para poder divisar los trascendentales retos vitales que están por venir.

Comenzando por el principio, la enseñanza de unos padres que lo educan en unos valores que lo van forjando como individuo íntegro, ideologizado en libertad y solidaridad, dotándolo de unos fundamentos familiares que le servirán de referente en su trayectoria como persona comprometida con su entorno. Con el ejemplo de su hermano, que le permite espejarse en la nueva vida que se está proyectando.

Hombre culto, leído e inteligente. Capaz de acordarse del más insigne poeta, dramaturgo y prosista, Federico García Lorca, en su despedida ante los medios de comunicación, con toda la intención explícita del que muestra una imagen visual tan potente del más internacional de los granadinos, aciagamente ejecutado para desgracia infinita del pueblo andaluz. Cunetas amargas, muchas caras al sol.

“El más aguerrido ‘gudari’ que jamás pudimos soñar”

El más aguerrido gudari que jamás pudimos soñar, en todos los sentidos.

Ha llegado el momento de revelarlo con todas las letras, sin ambigüedades ni eufemismos: militante antifascista. Como nos enseñaba la ‘cenetista’, brillante escritora y oradora, Federica Montseny, ministra de Sanidad y Asistencia Social durante la Segunda República: “Ahora no somos ni socialistas, ni anarquistas, ni comunistas, ni republicanos. Somos todos antifascistas, porque todos sabemos lo que representa el fascismo”.

Lo vimos integrado como uno más, caminando -tranquila pero convincentemente- junto a su compañera y su pequeño cachorro, compartiendo activismo, en las manifestaciones por el trabajo en la Bahía, por la defensa de los intereses de la Confederación del Metal en la provincia.

Por los trabajadores, obreros, y las familias oprimidas que viven bajo el yugo explotador de estas olas del capitalismo rampante más salvaje y despiadado que amenaza cualquier derecho conseguido con sangre, sudor y lágrimas. Agrupados todos en la lucha final. Su ya icónico e histórico gesto con el puño levantado en la simbólica fotografía al finalizar el partido contra el Extremadura en septiembre de 2019 no deja lugar a interpretaciones.

 Con todo, además escondía un mensaje velado de ánimo y fuerza a nuestro inolvidable y elogiado Fernando Orgambides ‘Baguettina’, al que le tocó enfrentarse y mirar cara a cara a la enfermedad que terminaría acabando con su vida, convirtiéndose en leyenda cadista.

 Por todo esto, sin albergar ninguna duda: ‘Uno di noi’. De ahí que, como sentenció el escritor del Siglo de Oro español, Baltazar Gracián: “Conseguir la admiración general es mucho, pero es más ganar el afecto”. Conquistó y cultivó nuestro cariño que trasciende mucho más allá del mero ámbito deportivo. Implica afinidades y una aceptación de la condición de ídolo con los pies en la tierra, y unido a su hinchada que lo quiere y respeta en modo superlativo.

Futbolísticamente vino a ejercer de dique de contención de los enormes embates del mar más grueso e impetuoso que amenazaba con llevarse por delante la centenaria historia amarilla. La zozobra nos iba consumiendo hasta desesperanzarnos. Y ahí emerge su épica figura de ariete que va a por todas para derribar las más férreas defensas que nos cerraban el camino hacia la salvación. Por arriba remataba cualquier pedrada que le lanzasen. Sus brechas, costurones y cicatrices, cual patibulario, así lo atestiguan.

 

“Ha sido el primer futbolista con los méritos suficientes para tributarle un entrañable y merecido homenaje”

En su última etapa se le achacaba por los derrotistas de manual que siempre andaba lesionado, y eso era así porque siempre iba al choque, se lanzaba a por todas, encarando cualquier peligro que se le interpusiese. Nunca rehuía la batalla, siempre metía el pie y jamás escondía la pierna, a sabiendas de las consecuencias para su salud.

Denominado jugador ancla porque barre todo lo que pase por su zona, si bien es poseedor de una excelente colocación, la principal virtud que destaca por encima de las demás es que tiene la capacidad, con su físico privilegiado, de hacer mejores a sus compañeros. Aptitudes que a veces pasan desapercibidas para el gran público.

Y precisamente ahora que el Colectivo Cadista Antifascista ‘Brigadas Amarillas’ acaba de celebrar su cuarenta aniversario, ha sido el primer futbolista que ha reunido los méritos suficientes para tributarle un entrañable y merecido homenaje de estas características.

Fue en la sala contigua al mismo vestuario de la ‘Ciudad Deportiva El Rosal’, por sorpresa y sin que supiera en qué consistía el reconocimiento que se le estaba preparando, ya que se quiso tener esta deferencia por todas las causas ya mencionadas en este artículo.

Allí le hicimos entrega de una pequeña obra de artesanía (gracias a la elogiable labor de Laura, entusiasta ‘garridista’ de nuestro Colectivo) que lo representa con su ya eterna estampa con la mano bien cerrada en alto. Y rodeado por la audiencia más íntima: todos y cada uno de los componentes de la plantilla deportiva, el cuerpo técnico al completo, equipo médico, fisioterapeutas y recuperadores, utilleros, y con la presencia del propio presidente de la entidad, Manuel Vizcaíno.

En ese escenario tan exclusivo le dedicamos unas palabras salidas del alma y con la improvisación que la autenticidad nos concede. La emoción por bandera y la sinceridad sobre la mesa.

Y ahora debe escuchar la llamada de su tierra, su querida Euskadi, previa parada en Galicia. Así que todo esto no puede terminar sino deseándole, en esta nueva navegación que se dibuja en su horizonte, una buena travesía y que los vientos le sean favorables. Nos ha demostrado, como canta Sabina, que se puede ser uno más a la hora de ser tú mismo.

¡Eskerrik asko, beti goian eta zorte ona, Jon Ander!.

¡Muchas gracias, siempre arriba y buena suerte, Jon Ánder!

¡Salud, Cadismo y Libertad!

 

 

 

Juan García & Cía.