
Carlos Medina fue el apoderado y, junto a los administradores concursales, logró paralizar la firma definitiva de la jueza Nuria Orellana
Carlos Medina fue el apoderado y, junto a los administradores concursales, logró paralizar la firma definitiva de la jueza Nuria Orellana
El 3 de diciembre de 2013, a las 9:25 horas, el periodista y director de la editorial Línea 6, Carlos Medina, acompañado de su hija Elena, llegó a la Notaria de Carlos Cabrera, donde le esperaban los tres administradores concursales del Cádiz CF SAD, Pascual Valiente, Pedro Pablo Cañadas y José Luis Molina.
Minutos más tarde, Carlos Medina -que había entregado el día anterior, en la Notaría, un cheque bancario de 100.000 euros para poder pujar en la subasta-, como apoderado de la sociedad mercantil ‘Locos por el Balón’, se hacía con el paquete de acciones (49,5% del capital social) de Antonio Muñoz, que lo había recuperado, antes los contínuos incumplimientos económicos de los italianos de ‘Sinergy’.
La estrategia marcada por Quique Pina dio sus frutos y con la colaboración de los administradores concursales -claves, en toda la operación del concurso de acreedores- se evitó que la jueza Nuria Orellana firmase la documentación de disolución de la sociedad cadista por quiebra. La historia es larga, pero éste fue el paso fundamental para evitar la desaparición.
En sus declaraciones, Carlos Medina destacó siempre la colaboración total del entrenador, Raúl Agné, y de una plantilla, a los que se les debía mucho dinero.