El sevillano debería de aprender de Irigoyen al que sí le hacían caso en Madrid
La pregunta es fácil si se analiza lo ocurrido en los partidos de Vigo y ante Osasuna, por no recordar otros conflictos anteriores -sin ir más lejos, la pasada temporada- que casi siempre han perjudicado al Cádiz. La respuesta es más complicada, pero atendiendo al sentir de la mayoría del cadismo y de muchos profesionales, no hay dudas, sí.
Que el presidente Vizcaíno saque más comunicados llamando la atención por el VAR, cuando los culpables siempre son los árbitros que son los que interpretan y deciden, será otra vez escurrir el bulto y no afrontar, con seriedad y responsabilidad la realidad.
O a Vizcaíno tampoco lo pueden ver en los estamentos federativos o no sabe hacerse respetar o pinta poco o nada.
No se entiende que el sevillano pertenezca a la Comisión Delegada de la Federación, que es quien designa a los árbitros, a través del Comité Nacional (que dirige Medina Cantalejo) y que, casualmente, siempre son los mismos colegiados los que pitan o ‘se equivovan’ en el VAR contra el Cádiz, pero que siguen siendo señalados para dirigir partidos al equipo cadista.
No se entiende que Vizcaíno pertenezca a la Comisión Delegada de La Liga, que preside su gran amigo Javier Tebas, que es quien señala días y horarios de los partidos del Cádiz que, casualmente, siempre son en días no habituales, viernes, lunes, a las dos de la tarde, etc.
Por todo ello, Vizcaíno, que tiene todo el derecho a cobrar las dietas por asistencia a las reuniones de dichas comisiones u órganos federativos, también debería recordar la responsabilidad que tiene de trabajar, velar y defender los intereses del club que preside y, por supuesto, estar mucho más atento al equipo que lucha por mantenerse en Primera División.
Debería aprender algo del presidente Manuel Irigoyen, al que no se parecerá nunca en nada…
Y trabajar no significa solo sacar comunicados tras comunicados, sino gestionar con responsabilidad y dar la cara, ante quien sea (no solo en los medios afines), en defensa del cadismo y del respeto que merece un club centenario y que, desde luego, no es cachondeable.
Carlos Medina