La titular del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz, la jueza Nuria Orellana, tenía preparada la firma del documento que liquidaba, a todos los efectos, la sociedad Cádiz CF SAD, dada la situación de quiebra en la que se encontraba, por la gestión ‘Sinergy’, grupo de los italianos, que comandaba Alessandro Gaucci, la cabeza visible, pero no el máximo culpable del caos económico.

A las 9:27 horas de aquel 3 de diciembre de 2013, Carlos Medina, acompañado de su hija Elena, llegaba a la notaría de Carlos Cabrera. Faltaban tres minutos para comenzar la subasta. Allí le esperaban los tres administradores concursales.

El periodista, como apoderado de la sociedad ‘Locos por el Balón’ (LxB) entregaba el cheque de los 100.000 euros de fianza y salvaba al Cádiz CF al firmar la subasta. La noticia dio la vuelta al mundo del fútbol español. LxB se hizo con el 49,5% por 50.000 euros.

 

Los administradores concursales también fueron claves

José Luis Molina, Pascual Valiente y Pedro Pablo Cañada fueron los tres administradores designados por la jueza Nuria Orellana para llevar el concurso de acreedores del Cádiz CF SAD. Su gestión y trabajo fue muy encomiable y clave para salvar al club.