Melchor, Gaspar y Baltasar, la Estrella de Oriente y el Cartero Real estuvieron muy bien y llevaron a cabo un 5 de enero histórico en Cádiz llevando la ilusión a muchos gaditanos. Inolvidable.

Lo que sí es para olvidar son las actitudes de algunas personas que sólo pusieron pegas y le echaron mucha guasa. Que sepamos, tanto el Ayuntamiento como la Asociación han soportado estoicamente la intransigencia de algunas personas del entorno de Alejandro Sanz, para que se llevara a cabo la jornada. Se admitieron algunas cosas realmente intolerables.

Durante las visitas, según un técnico municipal, no se podían hacer fotos a la concejala de Fiestas con el quinteto real hasta el Ayuntamiento, o que molestase que se presentara al Rey Melchor al gerente del Hospital Puerta del Mar, Sebastián Quintero… Para olvidar.

Peor fue aguantar a uno de los guardaespaldas de ‘Melchor’, un tal Manolo Cerdá, al que ya ‘califican’ en redes sociales, con una falta total de tacto y que supo ‘manejar’ hábilmente a algunos técnicos municipales, a algún otro policía local de paisano, adscrito a la seguridad de ‘Melchor’, e incluso a gente de protocolo de la Guardia Civil que, por cierto, no le permitió a un directivo de la Asociación de Reyes, el paso a la sala de descanso con toda la comitiva; lamentable. El citado ‘super-guardaespaldas’ intentó impedir que se fotografiara al presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, con Melchor, que llevaba un pin del club. No lo logró.

El ‘muchacho’ Cerdá, el guardaespaldas de Alejandro Sanz, creería que estaba en un concierto, no se separaba ni un metro, daba empujones y pensaría que su ‘jefe’ corría peligro. Increíble. Parece que nadie le advirtió que su jefe personalizaba a Melchor, al que le daban y él daba mucho cariño, ni parece que nadie le advirtió que estaba en Cádiz y aquí, ¡hay que… mamar!

Ese entorno de seguridad, protocolo e historias provocó problemas, que se recortara el recorrido de visitas en la mañana del 5 de enero, y recibió una fuerte respuesta en una ‘Carta a Melchor’ de la madre superiora de la Residencia Candelaria, como publicamos en la página anterior.

Y hasta en el Ayuntamiento un teniente alcalde (¡negativo!) se erigió en protagonista, prohibiendo el paso de directivos de la Asociación a la Alcaldía. Patético.

Carlos Medina