Lo filtró, a través de su entorno, y Pina estuvo viendo el encuentro con el Lorca. Con su asistencia quiso aparentar normalidad y no lo logró. Llegó a su sitio habitual, en el palco, a los siete minutos del comienzo del partido y, tras el descanso, se incorporó casi 10 minutos después de reanudado el juego. Apenas saludó y habló durante el partido, ni con sus compañeros de asiento.